consigue que tu perro no se escape resolviendo tan solo 3 cuestiones

Si tu perro no acude a la llamada, ¡tienes un grave problema! Creemos que es una de las cosas más importantes que debemos enseñar a nuestro compañero ya que nos puede salvar de cualquier situación peligrosa: imaginaos, por ejemplo, que durante el paseo nuestro amigo se planta encima de las vías del tren y oímos que se acerca el tren… ¡Debe levantarse y acudir a nuestra llamada de forma urgente y a la primera! Si no lo hace podría ser la última vez que lo vemos… Si no puedes disfrutar de un paseo tranquilo por miedo a que se vaya corriendo y no regrese te ofrecemos la posibilidad de cambiar la situación. Empieza a trabajar desde ya, leyendo este artículo y consigue que tu perro no se escape cuando lo sueltas.

“Cuando llamo a mi perro, pasa de mí”

¡Cuántas veces hemos oído esta frase! A Unión Canina, nos llegan muchas personas pidiendo cómo conseguir que el perro acuda a ellos cuando lo llamamos. Os habéis preguntado alguna vez ¿por qué no viene cuando queréis? En este artículo te revelaremos los principales factores a tener en cuenta si queremos llegar a este objetivo. Consigue que tu perro no se escape teniendo en cuenta tan solo 3 simples cuestiones.

¿Qué hacer cuando el perro se escapa?

Evalua y comprende ¿por qué mi perro se escapa?

Nos han vendido siempre que nuestro perro debe estar sometido a nuestras órdenes, como si de un robot se tratara. Pero ya, en los más recientes estudios, se ha demostrado que esto no es así. Que el perro es un animal que siente emociones y crea vínculos con nosotros. ¿Por qué no aprovechamos esto en vez de castigarlo y obligarle a hacer lo que queremos? En Unión Canina, creemos que es más fácil trabajar con aquello que motiva al perro, con establecer una relación sana con él y comprender qué le pasa en cada momento. No somos partidarias de tener que pelearnos, demostrar quien es más fuerte de forma constante, de utilizar herramientas punitivas (como collares eléctricos) ni someter a ningún ser a nuestras órdenes sin ningún tipo de escrúpulos. Así que, vamos a ver qué debemos tener en cuenta para empezar a trabajar de la forma correcta.

 

1- ¿Tu perro se lo pasa bien contigo?

Sí, parecerá una tontería, pero… ¿es que tu tendrías ganas de ir con alguien soso, gruñón, que pasa de tí o, simplemente, ni te escucha o mira a la cara? Imaginaros que quedamos para tomar un café con alguien y se pasa el rato mirando el mobil, hablando con las demás personas de la cafetería, simulando que no nos escucha… Yo, al menos, no querría seguirle a ningún lado.

Así que, lo primero que debemos hacer durante el paseo es pasarlo bien. Se trata del momento del día que os dedicáis el uno al otro (propietario y perro). Por lo tanto, aprovechad la ocasión para crear un vínculo con vuestro perro. Mientras jugamos con él o le enseñamos a hacer cosas, le estamos mostrando que nosotros somos interesantes y divertidos. Eso hará que tenga ganas de acompañarnos allá donde vayamos y que sea más fácil que acuda cuando lo llamamos. Si somos aburridos, le resultará más apasionante oler el suelo que seguirnos. Debéis dejar a un lado los teléfonos y gozar del paseo con ellos.

2- ¿Sabes qué le gusta a tu perro?

Otro factor que hay que tener en cuenta es el refuerzo que aplicamos para dejarle claro lo que queremos. Dicho en otras palabras, el premio que le damos si lo hace bien. Muchas veces nos damos cuenta que no estáis reforzando las conducta de forma adecuada.

Por ejemplo:

Si vamos a darle una carícia a nuestro perro, a la cabeza, y vemos que nos gira la cara… que intenta esquivar nuestro gesto… sabemos que NO lo debemos premiar así. NO LE GUSTA y aunque se nos venda que las carícias les tienen que gustar a todos los perros, a veces no es así. A lo mejor a ese perro le va a gustar más una carícia lateral o, simplemente, un tono de voz agradable, sin necesidad de contacto.

Si conocemos a nuestro perro, sabremos qué es lo que más le gusta: caricias, comida, juguetes, etc. Si aplicamos un premio que a nuestro perro no le gusta, DEJA DE SER UN PREMIO para él. Así que, primero vamos a evaluar qué le despierta motivación a nuestro perro. Entonces, si lo llamamos y acude a nosotros, ¡debemos aprovechar para reforzar esta conducta a través del premio que más le motive! Eso hará que le quede bien claro lo que queremos que haga cuando decimos “ven”.

3- ¿Le has enseñado qué es “venir”? Consigue que tu perro acuda a la llamada

Y por último, y no por eso menos importante, deberíamos resolver la siguiente cuestión: Le hemos enseñado la orden “ven” o, simplemente, vamos gritando como locos “Toby, vamos, que nos marchamos. ¡Ven! Hacia aquí, vamos que tenemos que irnos a casa…”?

La pregunta debería ser: ¿podemos exigir una cosa que aún no hemos enseñado? O, para que se entienda mejor: ¿podemos pedir a un niño de cinco años que nos haga una ecuación de segundo grado cuando apenas está aprendiendo a sumar y restar? Bien, la respuesta es claramente que no.

Si queremos que nuestro perro responda a la orden de venir, debemos enseñarle correctamente y de forma previa la orden, antes de pedírsela. No podemos exigir algo que aún no sabe hacer. En caso de querer aprender a realizar la llamada con nuestro compañero, un educador canino nos puede dar las pautas adecuadas para conseguirlo.

 

Y, ¿ahora qué?

Pues bien, sabemos que debemos ser divertidos, conocer a nuestro perro y enseñarle antes que exigirle. ¡Esta es la clave! Consigue que tu perro no se escape siguiendo estas simples indicaciones.

Evidentemente, hay que tener en cuenta que si el perro tiene problemas de gestión emocional, primero hay que resolverlos con la ayuda de un educador canino profesional, pero estas pautas que te hemos mostrado seguro que te ayudan a conseguirlo de una forma más duradera y efectiva.

 

 

About the author : Irma Pujol

Subscribe to newsletter

Insider offers & flash sales in your inbox every week.